Un EIA se construye en primera instancia, conociendo la zona del proyecto (área de influencia directa e indirecta), las actividades que se desarrollarán, y dimensionando de acuerdo con la lectura del territorio y su interrelación o dinámica (medio biótico, abiótico y socioeconómico), los posibles impactos ambientales que se ocasionarán con la llegada del proyecto, obra o actividad. Es un proceso que realizado adecuadamente, promueve el desarrollo sostenible.