Es una herramienta que permite identificar y cuantificar los impactos ambientales negativos generados en la etapa de finalización de una actividad minera, así como, definir medidas de acción presentes y futuras para minimizarlos y/o mitigarlos: y desarrollar un cronograma de ejecución de las medidas proyectadas, de forma de dar cumplimiento al marco jurídico ambiental para la etapa de cierre del proyecto minero.